viernes, 19 de octubre de 2012

PUNTO 0



Si nos quedaran sólo unos minutos por vivir, iríamos a lo esencial. Ya no habría búsqueda, sólo la aceptación de lo que es. No tendríamos el tiempo de convertirnos en alguien mejor. Solo podríamos ser convergentes en el punto cero. En el centro de la convergencia del punto cero, todo se vuelve aceptable; la ansiedad de anticipación, la confusión, la distracción y el deseo, la paz, el amor y la alegría.
El actual propósito planetario consiste en recuperar nuestra soberanía y acabar con la polarización dual. 

Nos hallamos en un estado de constante lucha entre la luz y la oscuridad, lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo. Ese es el dilema de la encarnación humana. Los chinos tienen un proverbio: “¡Lo que sube debe bajar!” La historia está llena de ejemplos de esa índole. Vamos constantemente de una polaridad a la otra.

El único modo de detener esta incesante oscilación es hallarse en la frecuencia de amor en el Punto Cero. 

El estado de amor constituye un espacio situado más allá de las polaridades positiva o negativa. En este espacio el bien y el mal, la luz y la oscuridad, lo correcto y lo incorrecto y todas las demás expresiones de dualidad coexisten en un punto de equilibrio denominado el Punto Cero. Este punto no es un estado neutral. El Punto Cero no es estático: es multidimensional, se halla en continuo movimiento y en medio de un perpetuo cambio. El Punto Cero está constantemente en movimiento porque la fuerza positiva de la luz y la fuerza negativa de la oscuridad cohabitan sin anularse la una a la otra aun cuando muestren polaridades opuestas.

El mejor modo de visualizar dicho punto es imaginar un globo lleno de agua, flotando en medio del océano, dando vueltas y rodando en todas direcciones debido a los cambios climáticos y al movimiento de las olas. El Punto Cero se encuentra situado en medio de este globo. El núcleo del mismo se halla siempre equilibrado a pesar de toda turbulencia externa.
Tiene usted que comprender que situarse en el Punto Cero no significa “desprenderse de algo”. En el Punto Cero no nos desprendemos de nada: al contrario, tratamos de mantener dos polaridades distintas en el mismo espacio.

Estar consigo mismo en el punto cero, incluyendo la sombra y la luz, frente al sufrimiento y la ansiedad, es una apertura de convergencia.  La única idea desarrollada por la filosofía del punto cero es que no hay ninguna técnica que no sea aceptable o preferible. Lo unico importante es abrazar en total aceptación quienes somos en lugar de tratar de volvernos mejores

Kishori Aird