miércoles, 25 de diciembre de 2013

El triunfo de un ser humano, Prem Rawat





¿Has oído alguna vez decir a alguien: “No vas a creer lo que me acaba de pasar”? Cuando oímos eso pensamos: “Me va a decir que le ha pasado algo, pero ¿por qué dice: 'No vas a creer lo que me acaba de pasar'?”. La palabra clave es creer, porque si hubieras estado allí lo sabrías y no tendrías que creerlo.

Creer está bien, pero se le da mucha más importancia de la que merece. Lo que merece la importancia que se le da a creer es saber. Saber es certeza, es claridad. Ahí no hay ambigüedades, ni hipótesis. Esto es lo que sucedió. Pero cuando no sabes, ¿basta con creer?

Me imagino a una persona en la cima de una colina, hace mucho tiempo, mirando a las estrellas y preguntándose: “¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué sentido tiene todo esto?”. A eso lo llamo “las preguntas”. Aunque desde entonces ha habido miles de religiones, libros de texto, historias, ideas, filosofías, guerras, reflexión, inventos, exploración del espacio exterior, esas preguntas siguen existiendo. De una forma o de otra, todos los seres humanos se las hacen. Puede que se las planteen en tiempos difíciles o en tiempos de prosperidad, pero se las plantean. Mientras no te hayan sido respondidas personalmente, de forma clara y concisa, no entenderás tu necesidad de paz, tu necesidad de ser feliz. Y una vez que comprendas que el deseo de paz no es algo aprendido, sino innato, irás tras él.

A fin de cuentas, viniste a este mundo y te macharás. Tienes un sistema de creencias. Lo tienes. Y tengas o no el valor de escucharlo, yo tengo el valor de decirte que estás aquí para sentir el cielo.

Siempre has creído que el cielo es algo que alcanzarás después de morirte, si eres bueno. Es lo que aprendiste. Pero nadie tuvo que enseñarte el deseo de tener paz, de ser feliz, de sentir alegría. Lo has tenido desde que eras un bebé.

Se te ha dado este cuerpo, la máquina suprema de sentir. Eso es lo único que hace durante todo el día: “¡Oh! ¡Precioso! Caliente, frío, blando”. Si tuvieras que hacer una lista con los sonidos, olores, sabores y texturas que puede apreciar, sería larguísima.

Tienes la cosa más increíble, llamada “vida”. De pronto, puedes moverte, puedes comprender, bailar, sonreír, llorar, pensar, sentir... Todo eso ha venido junto, y mientras estés vivo puedes saber. Y cuando sabes, viene la paz, llega la verdadera alegría. Tu vida tiene que evolucionar basándose en saber, no en simplemente creer. ¡Claridad! Tu vida tiene que evolucionar en torno a ese deseo de tu corazón, de tu interior, de querer saber.

¿Qué es lo que tu vida anhela? La gente hace todo tipo de esfuerzos: “Tengo que hacer esto y lo otro”. Llega una tragedia y lo pierden todo. Entonces dicen: “Sólo quiero ser feliz”. Quizá es así como se supone que debe ser. El edificio de tus logros debe empezar con lograr la paz, la alegría. Construye sobre eso una torre tan alta como quieras y nunca se derrumbará, porque se habrá construido sobre una base sólida. Estará sujeta a la cosa más estable que hay en tu vida. Te habrás ocupado de lo que es esencial en tu existencia, y entonces sentir gratitud es algo natural. No es algo que uno cree: “Creo que soy feliz”.

La verdad no es una cosa misteriosa que está en la cima de una montaña. La verdad danza en ti. La claridad no es algo que extraes de una mina de oro. La claridad y la comprensión no están enterradas en algún lugar, están dentro de ti. Tienes que añorarlas, invitarlas a tu vida. Debes llamarlas, alimentarlas; tienen que ser invitadas y bienvenidas de verdad. Todas las respuestas y toda la riqueza que anhelas están dentro de ti. Toda la sabiduría de todos los tiempos está en tu interior.

Comprende, acepta, descubre esas cosas que están dentro de ti. Cuando sientes esa alegría en tu vida, es algo especial.

Y cuando sientes paz, es el triunfo de un ser humano. Has ganado todas las guerras. Lo has conseguido. En el momento en que sientes paz, has cumplido tu destino.

 Prem Rawat

viernes, 1 de noviembre de 2013

Sentirse bien, sentirse mal,...


La vida es una bolsa mezclada, llena de bendiciones por
las cuales estar agradecido, dificultades que sobrellevar,
oportunidades que explorar, decisiones que tomar y por
momentos angustia y sufrimiento. Nos proveen formas
para ejercitar la fe, ganar conocimiento y desarrollar amor. 
Toda la familia humana está conectada y todo lo
que le ocurre a uno de nosotros nos afecta a todos en
mayor o menor grado. 
A través de nuestras experiencias, tenemos la oportunidad 
de reforzar nuestra conexión a través del desarrollo de la 
comprensión y la compasión por los demás.
La manera en que decidas sentirte cada día con todas las 
cosas que enfrentas determinará cómo fluirá la vida para ti.
Tu actitud tiene una relevancia tremenda en lo que 
presentará  ella misma ante ti, en las oportunidades
que vendrán y lo que aprenderás.
En realidad, atraes mucho de lo que ves ante ti debido
a lo que crees que puedes tener en tu vida.
Tu Centro Determina la Realidad
La elección está allí cada nuevo día, sentirse bien o
sentirse mal acerca de las cosas que están sucediendo en
tu vida. Casi siempre hay tanto cosas buenas como no
tan buenas ocurriendo en un momento determinado.
En lo que eliges enfocarte es un factor grande en la
ecuación de la felicidad.

Dr.Bradley Nelson
"El Código de la Emoción"




jueves, 29 de agosto de 2013

Sean la Compasión, Practiquen la Bondad..





La compasión es una cualidad del alma que se manifiesta en la Tierra a través de la bondad.
Cuando la compasión se expresa en una vibración inferior se convierte en lástima, la cual no es bondadosa ni beneficiosa, es el pacto de ustedes con la debilidad y la indefensión de alguien. Al mantener la energía de la compasión, ustedes permiten que la frecuencia de la misma se exprese en sus interacciones con los demás y se convierten en una luz de compasión, expresada en su sendero y dentro de su frecuencia como bondad.
Cuando utilizan la bondad en sus interacciones con los demás ustedes les brindan el regalo de la aceptación, el amor y la compasión. La bondad es más que ser amables con los demás, es un estado de consideración espiritual en el cual permiten que su naturaleza espiritual brille e ilumine las vidas de quienes los rodean. Cuando practican la bondad su luz brilla con más intensidad que cualquier oscuridad alrededor de ustedes.
Ser bondadosos con los demás, en toda situación, les permite a ustedes permanecer en su poder y elegir cómo interactuarán con todos los que los rodean. Cuando la bondad surge de la compasión, crea un sendero para el perdón continuo e incondicional y la liberación del juicio, el temor y la limitación.

Mensaje del Arcángel Uriel por Jennifer Hoffman

jueves, 22 de agosto de 2013

Crecimiento espiritual


El crecimiento espiritual comienza con una consciencia activa del rol que jugamos en lo que está pasando en cualquier momento, una consciencia que nos lleva a cambiar nuestras acciones complacientes y que a cambio nos conduce a niveles de consciencia superiores.

Sin embargo, en realidad no mucha gente está interesada en alcanzar un verdadero crecimiento espiritual. Para la mayoría, la meta final es sentirse bien, y no necesariamente saber la verdad. Por esta razón, muchas personas generalmente prefieren seguir “caminos espirituales” de tranquilidad y comodidad. Caminos que no requieren que ellos realicen acciones para cambiar.Para empezar, debemos identificar nuestras fallas. Sí, esto es muy difícil porque la mayoría de nosotros nos negamos o rechazamos completamente el hecho de que siempre tenemos imperfecciones en nuestra personalidad. Pero estas fallas son la expresión de nuestro crecimiento espiritual: Ellas nos muestran dónde estamos actualmente. Estas fallas son la fuente de los velos que no nos dejan ver, pero que también pueden proveernos con las oportunidades para eliminarlos.

Rabia, odio, envidia, la mayoría de nosotros sabemos si tenemos estas características. Sabemos si estamos molestos, si explotamos, y si le hacemos daño a alguien sin intención por nuestra propia incapacidad de restringir nuestras emociones.

Pero, ¿qué hay de nuestras imperfecciones más sutiles de carácter? ¿De verdad las entendemos y las reconocemos? ¿De verdad tenemos la capacidad de ver cómo, en nuestras conversaciones con la gente, los detalles acerca de la vida de otra persona o nuestra opinión de otros llega sutilmente a ser parte de la conversación? Esto puede que no sea exactamente al nivel de la “mala lengua”, pero si realmente nos escuchamos a nosotros mismos, descubriremos que estamos juzgando.

Puede que sintamos que las otras personas son creídas, que gritan mucho, o que son muy impacientes al tratar con nosotros. Estos pensamientos de por sí nos impiden lograr el crecimiento espiritual, y peor aún, se componen de negatividad cuando los expresamos a otros y cuando menospreciamos a alguien que ni siquiera está ahí.

Al mismo tiempo, tenemos que reconocer que nosotros somos responsables de nuestras acciones negativas. Sólo así podemos comenzar a corregirlas y avanzar en nuestro camino espiritual porque si queremos acercarnos a la calidez del sol, debemos comenzar quitando los velos.
Juan Angel Moliterni

martes, 2 de julio de 2013

LA HERENCIA FAMILIAR


Toda la información de nuestros padres está inscrita en nuestro código genético. Todo el saber de nuestros padres esta contenido en nosotros, y no solamente en nuestras células sino también en nuestro insconsciente y psiquismo.
Somos seres nuevos pero con informaciones que provienen de nuestros progenitores, abuelos , bisabuelos..
la información heredada conforma lo que llamamos sistema familiar, el campo mórfico de la familia, o el alma de los ancestros.
Cada especie tiene su propio "campo" de memoria. Somos impulsados a repetir, sabiéndolo o no, queriéndolo o no, situaciones o hechos vinculados con las conductas de nuestros ancestros.
Nuestras células, conservan las memorias con información proveniente de nuestra cultura, las características físicas y las experiencias vividas por nuestros ancestros,..
Estas memorias con esta información impregnada a nivel celular conforman holísticamente a una persona con su particularidad y su individualidad. la hacen única, distinta a todos los demás...

domingo, 23 de junio de 2013

Dar lo que quieres recibir..






"Cualquier cosa que creas que el mundo no te está dando es porque tú no se la estás dando al mundo. Intenta lo siguiente: cualquier cosa que creas que los demás no te están dando, intenta darlo tú a los demás. La práctica es dar lo que quieres recibir. La abundancia nace de ti".

Eckhart Tolle.

viernes, 7 de junio de 2013

Vivir la vida...




En cuanto os volvéis controladores, no permitís que la vida os acontezca.
Tenéis demasiadas condiciones y la vida no puede realizar ninguna.
La vida os sucede únicamente cuando la aceptáis de manera incondicional; cuando estáis dispuestos a darle la bienvenida sin importar la forma en que aparezca y que adopte.
Pero una persona que tiene demasiado control siempre le pide a la vida que llegue de una forma determinada, cumpliendo ciertas condiciones... y la vida ni se molesta; pasa de largo junto a esa gente, que permanece casi muerta,... vegetando.....
Osho

sábado, 25 de mayo de 2013

Amor y Odio (Osho)



Siempre que amáis algo, también lo odiáis. Encontraréis excusas de por qué odiar, pero no son relevantes. Nunca dejéis que vuestro odio decida algo. Al saber que hay odio, dejad siempre que decida el amor. No estoy diciendo que lo suprimáis, no; pero nunca lo dejéis decidir. Dejad que esté ahí, que tenga un lugar secundario. Aceptadlo, pero nunca permitáis que sea decisivo. Descuidadlo, y morirá por sí solo. Prestadle más atención al amor y dejad que éste decida. Tarde o temprano, el amor tomará posesión de todo vuestro ser y no quedará lugar para el odio.
Osho

lunes, 20 de mayo de 2013

Cambiar nuestro mundo



 
Tengan en cuenta que hay un potencial energético a su alrededor y se irradia como una señal que emana de ustedes en todas direcciones. Lo que ustedes están pensando y sintiendo crea un patrón vibracional, y se irradia desde ustedes y se magnetiza a sus energía, situaciones o personas que están en armonía con dicha resonancia vibracional o patrón. Cambien sus pensamientos y la energía vibracional que proyectan, y cambiarán su mundo.
Juan Ángel Moliterni

jueves, 16 de mayo de 2013

Pituitaria y pineal..



                    
La pituitaria, que también se llama el séptimo sello, gobierna tu cerebro. La pituitaria es una glándula diminuta, pero maravillosa, que muchos llaman el «tercer ojo»,
La pineal, o sexto sello, es responsable de amplificar las frecuencias de pensamiento para que puedan ser enviadas a través de todo el cuerpo.





sábado, 4 de mayo de 2013

Seguridad o inseguridad Osho



No hay seguridad en ninguna parte. La vida es insegura, y no tiene fondo... es ilimitada. En la misma petición de seguridad creáis el problema. Cuanto más pedís, más inseguros estaréis, porque la inseguridad es la misma naturaleza de la vida. Si no pedís seguridad, jamás estaréis preocupados por la inseguridad. Si empezáis a pedir que los árboles sean blancos, entonces habrá problemas. El problema lo creáis vosotros, no los árboles... estos son verdes y vosotros pedís que sean blancos. No pueden hacerlo, no pueden comportarse de esa manera. La vida es insegura, el amor es inseguro. Y eso está bien, porque de lo contrario estaríamos muertos. La vida puede ser una seguridad solo si estáis muertos; entonces todo es una certeza. Debajo de una roca hay suelo. Bajo una flor no hay ninguno; la flor es insegura. Una leve brisa y la flor se puede dispersar, los pétalos pueden caerse y desaparecer. Es un milagro que la flor esté ahí. La vida es un milagro, porque no hay razón para que sea. Es simplemente un milagro que vosotros seáis, porque de lo contrario hay muchos motivos para que no existierais. La madurez os llega únicamente cuando aceptáis esto. Y no solo lo aceptáis, sino que empezáis a disfrutar con ello.

 Osho 

lunes, 29 de abril de 2013

Del Karma al Dharma



El Dharma (lo nuevo y desconocido) lo creemos en la medida en que no contradiga nuestra experiencia ni las ideas ya recibidas. Preferimos el Karma (lo viejo y conocido), al menos tenemos “seguridad” y “control” de nuestra realidad. Sin embargo, tus creencias son puestas a prueba en la vida. Las más sólidas de tus creencias terminan por resquebrajarse, si no encuentran apoyo y confirmación en las experiencias vividas. Estamos ante un cambio de Paradigmas, y lo mejor que podemos hacer es Cooperar con la Nueva Energía, para la construcción de la Nueva Tierra. Y este pasaje del Karma al Dharma no es gradual, es un Salto Cuántico. ¿por qué vivir una vida si puedes vivir LA VIDA? ¡Atrévete y salta!.
Juan Ángel Moliterni

domingo, 21 de abril de 2013

Bambu Japonés



No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…

Estamos creciendo, madurando......

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...quizá sólo estés echando raíces...



Autor desconocido

Ana Casals 

martes, 19 de marzo de 2013

Trabajando desde el Corazón



Los signos del despertar de la conciencia están por todas partes. Más gente está despertando a ver que las prácticas de aquellos que no han cuidado por el bienestar de la Tierra y de la humanidad en su búsqueda de ganancias y  poder tienen que cambiar y están hablando y se unen para insistir en que se actúe en una forma diferente. Mediante estas acciones, más parte de la humanidad está comenzando a ver que en la unidad de las almas encarnadas en la forma física está la respuesta a la restauración de la Tierra y de todos los que la habitan. Cuando la mayoría de la humanidad diga que ya es suficiente, que quieren un camino diferente, es entonces cuando se dará el próximo paso hacia adelante.


Mensaje Semanal del Maestro Ascendido Hilarión 
Del 17 al 24 de Marzo, 2013
 Traducción: Esther Abreu

domingo, 10 de marzo de 2013

Retardar el envejecimiento






1. Cambio de la percepción: Pasar de una visión materialista del universo a una visión integral y espiritual de la vida y la materia.

2. Tiempo: Dejar de vivir preocupados por e
l mañana o de vivir de los recuerdos y aprender a estar presente y vivir del ahora.

3. Sueño: La mala calidad de sueño acelera el envejecimiento. Lo que importa no es la cantidad, sino la calidad del sueño. La medicina ayurvédica aconseja acostarse sobre las 10:00 de la noche. Estas dos horas antes de la medianoche tienen un efecto reparador mucho mayor que las 6 horas siguientes. Es bueno dormir unas 8 horas y no excederse, si no se obtiene el efecto contrario, debilita.

4. Vigila tu alimentación: De acuerdo con el Ayurveda, el cuerpo se siente satisfecho y en equilibrio cuando tiene acceso a los seis sabores básicos (astringente, dulce, amargo, salado, agrio y picante). Los alimentos deben ser lo más frescos y naturales posibles, porque así aportan mayor cantidad de prana o energía. Además, se deben tomar suplementos nutricionales (multivitamínicos con minerales), ya que aunque tengamos una buena dieta, los necesitamos debido a la gran cantidad de toxinas y de tensiones a las que estamos expuestos diariamente.

5. Haz deporte: El yoga, el tai-chi o cualquier deporte que nos mantenga activos será bueno para recuperar la relación mente-cuerpo. La mejor forma de integración de ambos es a través de la respiración consciente, que facilita el movimiento energético de lo físico a lo mental.

6. Aprovecharse de los beneficios del Sol. Mirarlo, tomar baños de Sol, etc. Contrariamente a lo que dicen las empresas que venden protectores solares el cuerpo, hay más enfermedades de la piel en países donde casi no sale el Sol.

7. Eliminar las toxinas: Se deben eliminar las drogas, el alcohol y el humo del cigarrillo, pero también las toxinas emocionales, como miedo, depresión, culpa, enojo e ira, que actúan al nivel del cuerpo sutil. Desintoxica tu hígado, riñones y colon habitualmente.

8. Amor: Dar y recibir amor estimula el sistema inmunológico. Los tres niveles en que se expresa el amor son verbal (”te quiero”), atencional (escuchar al otro ininterrumpidamente) y afectivo (tocar, acariciar).

9. Creatividad: Aplica tu creatividad. Pinta, escribe, cocina, canta, etc, pero expresa tu creatividad de un modo libre y natural.

10. Mantén tu mente alimentada con lecturas que te hagan crecer interiormente. Ayuda a tu Alma día a día a que se eleve de la materia con lecturas inspiradoras.

viernes, 1 de marzo de 2013

Hemisferios Cerebrales






Hemisferio IzquierdoHemisferio Derecho
Verbal: Usa palabras para nombrar, describir, definir.No verbal: Es consciente de las cosas, pero le cuesta relacionarlas con palabras.
Analítico: Estudia las cosas paso a paso y parte a parte.Sintético: Agrupa las cosas para formar conjuntos.
Simbólico: Emplea un símbolo en representación de algo. Por ejemplo, el dibujo ojo significa "ojo"; el signo +representa el proceso de adición.Concreto: Capta las cosas tal como son, en el momento presente.
Abstracto: Toma un pequeño fragmento de información y lo emplea para representar el todo.Analógico: Ve las semejanzas entre las cosas; comprende las relaciones metafóricas.
Temporal: Sigue el paso del tiempo, ordena las cosas en secuencias: empieza por el principio, relaciona el pasado con el futuro, etc.Atemporal: Sin sentido del tiempo, centrado en el momento presente.
Racional: Saca conclusiones basadas en la razón y los datos.No racional: No necesita una base de razón, ni se basa en los hechos, tiende a posponer los juicios.
Digital: Usa números, como al contar.Espacial: Ve donde están las cosas en relación con otras cosas, y como se combinan las partes para formar un todo.
Lógico: Sus conclusiones se basan en la lógica: una cosa sigue a otra en un orden lógico. Por ejemplo, un teorema matemático o un argumento razonado.Intuitivo: Tiene inspiraciones repentinas, a veces basadas en patrones incompletos, pistas, corazonadas o imágenes visuales.
Lineal: Piensa en términos de ideas encadenadas, un pensamiento sigue a otro, llegando a menudo a una conclusión convergente.Holístico: Ve las cosas completas, de una vez; percibe los patrones y estructuras generales, llegando a menudo a conclusiones divergentes.

miércoles, 27 de febrero de 2013

EL EGO Y EL MOMENTO PRESENTE









EL EGO Y EL MOMENTO PRESENTE

La relación más importante y primordial de la vida es la relación con el Ahora, o mejor aún, con cualquiera que sea la forma que adopte el Ahora, es decir, lo que es o lo que sucede. Si la relación con el Ahora es disfuncional, esa disfunción se reflejará en todas las relaciones y en todas las situaciones de la vida. El ego podría definirse sencillamente como una relación disfuncional con el momento presente. Es en este momento cuando podemos decidir la clase de relación que deseamos tener con el momento presente.


Una vez que hemos alcanzado un cierto nivel de conciencia, es decir, de Presencia (y si está leyendo esto es porque seguramente es su caso) estamos en capacidad de decidir qué clase de relación deseamos tener con el momento presente. ¿Deseo que éste momento sea mi amigo o mi enemigo? El momento presente es inseparable de la vida, de tal manera que nuestra decisión se refiere realmente a la clase de relación que deseamos tener con la vida. Una vez tomada la decisión de ser amigos con el momento presente, nos toca dar el primer paso: mostrarnos amigables con él, acogerlo independientemente de su forma de presentarse. Y no tardaremos en ver los resultados. La vida se torna amable con nosotros. La gente nos ayuda y las circunstancias cooperan. Pero es una decisión que debemos tomar una y otra vez, hasta que aprendemos a vivir naturalmente de esa manera.

Con la decisión de hacer amistad con el momento presente viene el fin del ego. El ego no puede nunca estar en consonancia con el momento presente, es decir, en consonancia con la vida, puesto que su propia naturaleza lo induce a resistir, menospreciar o hacer caso omiso del Ahora. El ego se nutre del tiempo. Mientras más fuerte el ego, mayor es el tiempo durante el cual controla nuestra vida. Casi todos nuestros pensamientos entonces se refieren al pasado o al futuro y el sentido de lo que somos depende del pasado, donde encuentra una identidad, o del futuro donde busca su realización. El temor, la ansiedad, la expectativa, el remordimiento, la culpa, y la ira son disfunciones del estado de la conciencia atrapado en el tiempo.
El ego trata el momento presente de tres maneras: como un medio para una finalidad como un obstáculo o como un enemigo. Analicemos una a la vez, de tal manera que cuando ese patrón se apodere de usted, pueda reconocerlo y decidir nuevamente.
En el mejor de los casos, el ego ve en el momento presente un medio para cumplir una finalidad. Sirve para llevarnos a algún momento en el futuro considerado más importante. Pero el futuro nunca llega salvo como momento presente y, por tanto, nunca es más que un pensamiento en la cabeza. En otras palabras, nunca estamos totalmente aquí porque siempre estamos ocupados tratando de llegar a algún otro lugar.
Cuando este patrón se acentúa, lo cual suele suceder, el momento presente es visto o tratado como si fuera un obstáculo a superar. Es allí donde surgen la impaciencia, la frustración y el estrés y, en nuestra cultura, esa es la realidad cotidiana, el estado normal de muchas personas. La Vida, la cual ocurre ahora, es vista como un "problema", y todos habitamos en un mundo lleno de problemas que debemos resolver para ser felices, sentirnos realizados o comenzar realmente a vivir (o por lo menos eso creebmos). El problema está en que, por cada problema que resolvemos aparece uno nuevo. Mientras veamos un obstáculo en el momenbto presente, los problemas no tendrán fin. "Seré lo que deseas que sea", dice la Vida o el Ahora. "Te trataré como tú me trates. Si me ves como un problema, eso seré para ti. Si me tratas como a un obstáculo, seré un obstáculo".
En el peor de los casos, y esto también es muy común, el momento presente es visto como un enemigo. Cuando odiamos lo que hacemos, nos quejamos de nuestro entorno, maldecimos de las cosas que suceden o han sucedido; o cuando nuestro diálogo interno está lleno de lo que deberíamos o no deberíamos hacer, de acusaciones y señalamientos, entonces nos peleamos con lo que es, con aquello que de todas maneras
ya es como es. Convertimos a la Vida en nuestra enemiga y ella nos dice, "si lo que quieres es guerra, guerra tendrás". La realidad externa, la cual es siempre el espejo de nuestro estado interior, se experimenta como algo hostil.
Una pregunta crucial que debemos hacernos con frecuencia es ¿cuál es mi relación con el momento presente? Después debemos estar alertas para descubrir la respuesta. ¿Trato el Ahora apenas como un medio para llegar a una finalidad? ¿Lo veo como un obstáculo? ¿Lo estoy convirtiendo en enemigo? Puesto que el momento presente es lo único que tendremos, puesto que la vida es inseparable del Ahora, lo que la pregunta significa realmente es, ¿cuál es mi relación con la vida? Esta pregunta es una forma excelente de desenmascarar al ego y de entrar en el estado de Presencia. Aunque la verdad absoluta no está encarnada en la pregunta (en últimas, yo y el momento presente somos uno), es una guía importante hacia el camino correcto. Hágase esa pregunta con frecuencia, hasta que ya no la necesite.
¿Cómo trascender una relación disfuncional con el momento presente? Lo más importante es reconocerla en nosotros mismos, en nuestros pensamientos y en nuestros actos. Estamos en el presente en el momento mismo en que notamos que nuestra relación con el Ahora es disfuncional. Ver equivale al afloramiento de la Presencia. Tan pronto como vemos la disfunción, ésta comienza a desvanecerse. Algunas personas se ríen cuando ven esto. Con el reconocimiento viene el poder de elegir: la posibilidad de decirle "sí" al Ahora y de aceptarlo como amigo.


"Una nueva tierra"

Las claves de la Luz

sábado, 2 de febrero de 2013

Wayne Dyer- Qué significa ser el espectador




Tómese un momento para reflexionar sobre cómo se ve a sí mismo. Mientras lo hace, piense en lo que significa decir: Estaba diciéndome a mí mismo que..».

Descubrirá que la frase da a entender que usted es dos personas. 

Una persona es el «yo» que estaba diciendo. La otra es el que recibía las palabras del que hablaba. El yo le hablaba al mí mismo, cosa que, cuando uno examina sus diálogos internos, se hace centenares de veces al día. Cuando se cultiva la condición de espectador uno se aparta tanto de la posición del yo como de la del mí mismo. 

Aquí, desde un espacio invisible, ajeno a su cuerpo físico, el espectador se desprende de todas las emociones, sentimientos y comportamientos. Desde ahí, el espectador observa amorosamente el acontecer de toda su vida. 
Hace varios años traté un caso en el que la paciente sufría lo que ella llamaba tristeza terminal. Estaba siempre deprimida. Describía sus sentimientos con frases como: «Todas las partes de mi ser están deprimidas.
Estoy deprimida cada día, en todo momento. Me despierto deprimida y me voy a dormir deprimida. Al parecer no puedo librarme de esta terrible sensación de depresión». 
Un día le formulé una pregunta que se convirtió en el punto de inflexión de su tristeza. 

Dígame, ¿ha estado advirtiendo esta depresión con mayor frecuencia en las últimas semanas? 

Ella respondió: 

Sí, he advertido que cada vez se expande más. 

Ahora piense con cuidado antes de responder -proseguí yo - ¿La persona que advierte eso está deprimida? - Ella me pidió que repitiera la pregunta ¿La persona que advierte eso está deprimida? - repetí. 

Quedó demasiado desconcertada como para responder. Pero por primera vez fue capaz de contemplar que existía otro aspecto de ella misma aparte de la depresión. 

Ese aspecto era la parte de ella misma que advertía la depresión. Esta que la advertía era la testigo, la observadora, que no había sido atrapada por la depresión. Esa entidad invisible, sin fronteras, era su yo espiritual.
Antes de aquella sesión, la mujer nunca había conocido esa parte de sí misma

Pasé meses enseñándole a dejar de identificarse con los pensamientos y sentimientos deprimentes. Aprendió a desprenderse de ellos y observarlos desde la posición del espectador comprensivo, con independencia de sus pensamientos y de su cuerpo físico. 

Convertirse en espectador supone un acto de amor. Nos saca del mundo de fronteras y formas y nos permite entrar en un espacio de amor puro. 
Así pues, comience ahora a advertir realidades de su vida. Advierta lo plácido que se siente, o cuánta ansiedad tiene. Advierta su apariencia física. Cuánto pesa, lo en forma que se siente y el grado de fatiga.

Advierta cuánto tiempo quiere pasar con su familia, en su trabajo, viajando, jugando y rezando. 

Déjese penetrar por todo lo suyo. ¡Sus uñas, sus hábitos de conducción, su jardín! 

Ahora examine el número de veces que he usado la palabra «advierte».
Recuerde que existe una actividad llamada advertir, y que incluye al que advierte y al que es advertido. Entonces, concéntrese en ser el que advierte y acostúmbrese a acudir a ese lugar de su conciencia durante su vida cotidiana. 

¿POR QUÉ DARLE LA BIENVENIDA A LA CONDICIÓN DE ESPECTADOR? 

«En mi mundo, nunca nada va mal.» Estas palabras fueron pronunciadas por Nisargadatta Maharaj en respuesta a una entrevistadora que, exasperada, le pidió a Maharaj que hablara de los problemas de su vida. 

Para mí, es la afirmación de mayor fuerza que haya oído jamás. La tengo presente cada día de mi vida y he hecho colgar una reproducción de la misma en un lugar estratégico de mi despacho como recordatorio de su supremo valor

La entrevistadora insistió en que Nisargadatta tenía que tener problemas como todos los otros seres humanos. Nisargadatta le dijo: 

Usted no tiene ningún problema, sólo su cuerpo tiene problemas... En su mundo, nada perdura; en el mío, nada cambia. 

¿Por qué diría este iluminado maestro que en su mundo nada iba nunca mal? Yo creo que se debía a que estaba hablando desde la posición del espectador comprensivo. 

Dentro de todos nosotros existe la dimensión eterna e inmutable de nuestro yo espiritual. Este es el yo invisible que le habla al yo físico. Es el pensador de los pensamientos. Este observador comprensivo no se revela con instrumentos científicos y no aparece en las autopsias. 

Cuando uno es realmente capaz de creer en el dominio espiritual del espectador, entonces nada va mal porque el mal no carece de sentido para el observador. Todo tiene su orden. Nada se cuestiona desde esa perspectiva. Es como vivir en el paraíso, donde están la eternidad y el alma, al tiempo que uno se encuentra en el cuerpo físico. Pero en este espacio, el cuerpo no es el centro de la existencia. 

No estoy sugiriéndole que se retire y se deshaga de todas sus posesiones materiales con el fin de hallar esa clave para la conciencia superior, aunque, desde luego, es una posibilidad. En cambio, quiero que considere cómo estas palabras de «nunca nada va mal», de «no tener problemas» y de «vivir en el mundo de lo inmutable» pueden aplicarse a su despertar espiritual. 

Hay muchísimo qué aprender de estas ideas. Cultivar la condición de espectador le pondrá en el sendero donde su Yo Superior comienza a influir sobre su ego físico en lugar de que suceda lo contrario. 

Como dice Maharaj: «Dedícale toda tu atención, examínalo con amoroso cuidado y descubrirás alturas y profundidades del ser con las que no has soñado, absorto como estás en la insignificante imagen de ti mismo». 

Estas palabras describen el poder y el valor de cultivar la condición de observador.- 

Del libro TUS ZONAS SAGRADAS, del Dr Wayne Dyer, pag 119 a 121